El domingo de Ramos es un día muy bonito, es el día en que Jesús hace su entrada a Jerusalén. Desde bien temprano los vecinos del pueblo se preparan para asistir a la fiesta en la iglesia...
...y allí hacen la entrega de palmas con las que la gente acompaña la procesión por las calles del pueblo.
Mi abuela me contaba cómo era la procesión años atrás, antes había otras costumbres, como la de estrenar ropa y cosas así, pero también me contaba que Jesús nos da un lección de humildad, que no tenemos que ser cobardes y que debemos de acercarnos a Él.
Sobre las once de la mañana sale de la iglesia de San Pedro la procesión con Jesús a lomos de la borriquilla dando la bendición entre las palmas y el gentío.
Con ese olor a incienso, los anderos se llenan de alegría al ver al Señor en la calle. La banda de música afina sus instrumentos para tocar sus hermosas melodías y las balcones y calles se engalanan con sus mejores adornos.
Veo cómo pasan, primero las mantillas blancas que anuncian que el Señor está aquí, luego ya se empiezan a oír los tambores y cornetas con ese son tan peculiar. Al fondo, se oye la campanilla del mandón de andas y el ruido de la gente que se va colocando con sus palmas de las que hacen distintas figuras para adornar los balcones durante todo el año.
Por fin ya empieza a recorrer las calles, yo voy por las esquinas y no me canso de mirar su rostro lleno de paz.
Lucía Castillo Linares
6º de Primaria
1ª PARTE
El Domingo de Ramos es el primer día de la Semana Santa. En este gran día sale la procesión llamada “La Mulica”, que es la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. A ésta la recibimos con palmas y ramas de olivo. Los balcones están adornados y las calles también; las personas lucen sus mejores vestimentas.
Antes de todo, se celebra una misa a la que asiste todo el mundo. Esta figura está expuesta en la Iglesia de San Pedro Apóstol, excepto este día que la montan en un trono que es adornado con muchas flores y se pasea por las calles de la localidad.
Las personas que llevan esta procesión van vestidos con túnicas blancas y rayas amarillas. Mucha gente va detrás de la procesión, personas que van descalzas porque hacen promesas. En la misa se bendicen las palmas y ramas de olivo. Todos los niños van porque Jesús decía: “Dejad que los niños se acerquen a mí”.
Después de la procesión, las plazas se llenan. Es la procesión más alegre que vemos durante estas fechas. En este trono sale Jesús montado en una mulica.
Isabel Castro Ortega
6º de Primaria
2ª PARTE