Propuesta educativa de los colegios MD
Desde sus orígenes, los centros educativos Madres de Desamparados (MD) han estado comprometidos con la educación y son un patrimonio sólido, consolidado día a día. La intuición de Madre Petra, que como verdadera testigo de la misericordia y movida por el Espíritu Santo fue saliendo al paso de las necesidades que encontró en su entorno, recogida por tantas hermanas y educadores, ha hecho posible atender las necesidades educativas de los distintos momentos históricos. En colaboración con las familias y con el deseo de que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje, los Centros educativos MD, promueven la educación integral de sus alumnos, desde una visión trascendente de la persona y del mundo que propone a Jesucristo como máxima realización del ser humano. Por medio de una enseñanza de calidad, arraigada en el contexto cultural del país, prepara a los alumnos para ser profesionalmente competentes, a la vez que los capacita para su inserción en la sociedad a la que ayudarán a transformar. Es una educación basada en los VALORES evangélicos: el Amor, la Verdad, la Misericordia, la Sencillez, la Solidaridad, la Responsabilidad, la Justicia y el amor al trabajo bien hecho. EVANGELIZAR EN LA ESCUELA “MD” HOY, UN COMPROMISO DE TODOS: HACIA UNA MISIÓN COMPARTIDA SIGNIFICATIVA La razón de ser de nuestros centros educativos es realizar la misión de la Congregación Madres de Desamparados y San José de la Montaña en el campo escolar. Para ello contamos: * Con la definición clara del Carácter Propio, en el que figura nuestra propuesta educativa y sus rasgos de identidad y sus rasgos de identidad. * Con la riqueza humana y profesional de muchos educadores, que aportan la riqueza de su personalidad y de su preparación, y apoyan y comparten la visión, misión y valores de los centros educativos MD. * Con el compromiso de humanizar, que se manifiesta en el trato cercano, atento y respetuoso con cada alumno/a, especialmente con aquellos que necesitan más nuestra cercanía, y por la decisión de formarles teniendo como objetivo su autonomía personal y su responsabilidad ante sí mismos y ante los demás. * Con la vivencia de unas relaciones colaborativas y efectivas tan necesaria hoy dada la complejidad que entraña la vida escolar. Mirándonos a nosotros mismos como Claustros y equipos de profesores, y mirando a los alumnos/as, nos afirmamos en la urgencia de favorecer y revitalizar la cohesión entre nosotros, encontrarnos para descubrir juntos los desafíos de la educación, crear redes de comunicación y colaboración, descubrir la complementariedad que supone el trabajo en equipo, compartir experiencias, reconocer juntos la riqueza humana de los valores del evangelio, estimularnos unos a otros. * Con la necesidad del testimonio y la coherencia de vida en la transmisión de valores y opciones fundamentales. Sabemos por experiencia que más que las palabras lo que convence es la coherencia de vida. Transmitimos y contagiamos lo que somos pues la fuerza de convicción está en lo que verdaderamente somos. * A todos nos implica el compromiso efectivo, inspirado en el amor. El estilo de amar que nos propone Madre Petra es éste: prodigar ternura y firmeza, bondad y beneficios concretos, reconocer a cada alumno/a desde la valoración de su persona y de las relaciones interpersonales, como alguien que tiene necesidad de nosotros aunque no sepa pedir ayuda, provocar su confianza y aprovechar todas las oportunidades educativas. | ||