Los alumnos de 4º E.S.O. llenos de Dios, con motivo de la despedida de su querido Colegio han tenido la oportunidad de disfrutar y compartir un valor importante que ya conocían desde su infancia: el saber que existe un compañerismo verdadero y lo han hecho realidad en una convivencia celebrada en un pequeño pueblo de la costa malagueña.
Partieron el día 21 de Junio después de la Eucaristía celebrada en su 2ª casa, el Colegio San José de la Montaña y llenaron muy ilusionados la mochila de sus almas y sus grandes corazones de abundantes posesiones de ilusiones, paz, gozo por vivir, de amor por la vida, de abrazos, de risas porque el viaje que les esperaba era como la propia vida, no era una autopista lisa, sin baches, recta y sin obstáculos. Encontraron piedras en el camino, porque el pequeño paseo que su señorita les prometió una noche, se convirtió en la dificultad de recorrer varios kilómetros y visitar varios pueblos de la costa, y por supuesto la primera línea de playa se transformó en el divertido camino por la naturaleza acompañados de un simpático burrito que bautizaron con el nombre de “PLATERO”.
Pero a pesar de todos los obstáculos, fue el estímulo, la motivación, los muchos valores y los grandes lazos de amistad que unen a este cariñoso grupo, y sobre todo lo que Dios había sembrado en ellos desde hace años, lo que venció e hizo que disfrutarán muchísimo, compartieran muchos momentos de alegría, de ilusión y de diversión.
Pero lo más importante y por lo que merece la pena este gratificante encuentro, y lo que más ha llenado el corazón en la convivencia de estos niños han sido los momentos de reflexión y encuentro con Dios, los cuales siempre recordarán, porque han demostrado con su ejemplo y su saber estar, que tienen el gran regalo de la fe, que conocen a Jesús, y saben que siempre tendrán las puertas del Colegio abiertas y sobre todo del corazón de Dios.
No olvidéis que hay alguien que nunca os dejará solos y estará dentro de nosotros, y en los momentos de dificultad, estará a vuestro lado, dispuesto a escucharos y animaros a seguir.
Buscad a Dios como lo habéis hecho en esta convivencia en el amor, respeto, compresión, tolerancia, prudencia, cariño y en tantos valores que vosotros conocéis y lleváis en vuestro corazón y lo encontrareis siempre.