El día no pudo ir mejor, aprendieron mucho interactuando de una forma u otra con los diferentes animales que fueron viendo, dieron de comer a caballos, yeguas y potros, montaron en ponis y muchas otras actividades donde pudieron interactuar con animales con los que normalmente no pueden hacerlo.
Para finalizar, y gracias a la fecha en la que hemos ido, ellos vieron todos el proceso que se desarrolla en una fábrica de aceite y embotellaron su propia botella.
Así que lo dicho, el día fue completo y gratificante al máximo.
Hasta el próximo.
Ana Arance Rodríguez