Se preveía una mañana lluviosa, fría y gris, aunque las ganas de colaboración, solidaridad, ayuda y degustar un apetitoso pan con aceite eran inmensas.
A media mañana ya nos encontrábamos preparados para recibir a algunos familiares ilusionados por compartir el ansiado y solidario desayuno con sus hijos y los docentes del centro. En cada aula se respiraba sentimientos de ayuda y apoyo a dicha causa, tan necesaria…
Sobre las once todos los alumnos del centro esperaban su voluntad, en breves instantes iban a degustar un bollo acompañado de un aceite que impregnaba una colaboración ética y moral.
Alumnos de Infantil, Primaria, Secundaria, profes y familias saboreábamos un pan exquisito empapado en ilusión y aportación solidaria. A continuación, nos dirigimos a un patio mojado, gris, sombrío y un poco bajo de moral, pero nosotros lo llenamos de alegría, dicha, júbilo y muchas ganas de compartir este hermoso y altruista día. Un gratificante día que no olvidaremos fácilmente ni queremos olvidar porque el que da siempre gana…