Por tercera vez, un grupo de alumnos de secundaria ha tenido la oportunidad de integrarse durante una semana en la vida familiar y académica de la localidad costera de Broadstairs, en el condado de Kent.
Pocas experiencias pueden equipararse a este viaje por lo que condensa de novedad, bagaje cultural y puesta en práctica de lo aprendido en las aulas. El idioma inglés en vivo, con hablantes nativos, otras costumbres, otras comidas,… un muestrario, en definitiva, de la amplitud de modos de vida que aguarda a quienes se atreven a abrirse al mundo.
El domingo 1 de mayo partíamos de madrugada hacia el aeropuerto de Málaga para tomar el avión a Luton, Londres. Y en unas horas nos encontrábamos en Broadstairs a la espera de que las familias llevaran a cada estudiante a su casa. Esa misma noche, los móviles bullían en un incesante intercambio de mensajes con las primeras impresiones de nuestros alumnos: los miembros de su familia, la casa, la cena,…